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La neuropsicología se centra en la evaluación y rehabilitación de las funciones cognitivas afectadas tras una alteración en el sistema nervioso central. Normalmente, estas alteraciones (causadas por un daño cerebral adquirido u otra patología) provocan dificultades en la orientación, en la atención, en el lenguaje, en la memoria, en la visuopercepción, en las praxias o en las funciones ejecutivas (planificación, inhibición, resolución de problemas, etc.) a las que se suman alteraciones conductuales y emocionales (apatía, agresividad, falta de control de impulsos, desinhibición, etc.) que dificultan la vida diaria del paciente, interfieren en el programa de rehabilitación de otras terapias y/o tienen un gran impacto en la familia, en el entorno social y laboral.
La intervención neuropsicológica está dirigida a pacientes de población infantil y adulta, que hayan sufrido alguna patología neurológica. Las más frecuentes son los traumatismos craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares (ictus), tumores, anoxia, patologías neurodegenerativas (esclerosis múltiple, alzheimer, parkinson, etc.), trastornos del neurodesarrollo y deterioro cognitivo leve.
La evaluación nos permite detectar, describir y cuantificar las alteraciones cognitivas, las funciones preservadas, las alteraciones conductuales y emocionales secundarias a la patología para diseñar un plan terapéutico y realizar un seguimiento del funcionamiento neuropsicológico del paciente.
La calidad de vida de las personas que padecen una patología neurológica o han sufrido un daño cerebral es altamente dependiente del grado de afectación neuropsicológica. La rehabilitación neuropsicológica es un proceso activo que ayuda al paciente a optimizar la recuperación de las funciones cognitivas superiores, a comprender mejor las alteraciones que presenta y a desarrollar estrategias de permitan compensar estas dificultades. Tiene como objetivo ayudar a mejorar los déficit cognitivos, potenciar la funcionalidad de los pacientes y ayudar a las familias a adaptarse a esta nueva situación vital.
La forma de intervención será distinta según la etiología del proceso neurológico, la fase en que se encuentra el paciente dentro del proceso, su estado cognitivo general y la respuesta a las intervenciones.